Otra de las exposiciones obligatorias para visitar este trimestre es la que se encuentra en la calle Alcalá, 31. La sala de exposiciones cuenta con dos salas. La inferior contaba con una serie de líneas pintadas en el suelo en formas circulares, como el tablero de un reloj, y que contaban con unas manecillas en el centro de cada una. Creo que el objetivo de esta instalación es sentir cómo somos insignificantes en relación al cambio del tiempo y a la vez cómo nos rodea y nos agobia, superponiéndose horarios y fechas límite. Otra pieza en este apartado era una estantería llena de libros sobre la que aparecían proyectadas llamas. La tercera pieza consistía en unas proyecciones en las que varias personas realizaban deporte, pero algunos de los elementos claves estaban sustituidos por libros, como un balón de fútbol.
En la planta de arriba tenía lugar otra exposición de Eugenio Ampudia, llamada Dónde dormir, consistente en unas grabaciones en las que dormía dentro un saco de dormir en algunos sitios de gran importancia como la Alhambra de Granada, el Salón de los Embajadores, enfrente de El Tres de Mayo en el Museo del Prado... Es una performance que te invita a reflexionar sobre la seriedad con la que la gente se toma el arte, especialmente cuando no conoce toda la historia detrás de él.
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