viernes, 9 de noviembre de 2018

La luz en el arte


La luz es una de las partes más importantes de nuestra vida, y especialmente en el arte, ya que sin luz lo visual no existe. A lo largo de la historia la luz ha representado lo divino, lo inalcanzable, lo sagrado. Al acto de parir se le llama alumbramiento o dar a luz; alumbrar es poner un foco de luz sobre algo para que se pueda ver. La mayor conquista de la humanidad fue conquistar el fuego y vencer a la noche.

La sombra es la ausencia de luz. Son un motivo de reflexión, es la proyección que tiene un cuerpo. Su posición y tamaño pueden indicarnos la hora del día y la estación del año. La sombra estimula la imaginación, ya que cuando no hay luz no podemos ver, y por tanto, no podemos percibir lo que nos rodea.

La luz y la sombra producen la sensación visual de volumen, relieve o profundidad.

Tipos de iluminación: Son muy importantes a la hora de decidir la composición que queremos hacer. Los tipos principales son natural y artificial, y dentro de la artificial existe la continua y la discontinua.

Una de las diferencias más pronunciadas entre el arte occidental y el oriental es el uso de la luz y las sombras, especialmente en la figura humana. La pintura occidental utiliza las sombras para dar forma y volumen, mientras que la oriental utiliza colores planos y apenas usa sombras.

Algunos artistas que trabajan con la luz son Rafael Lozano Hemmer, Makoto Tojiki y Fabrizio Cornelia.

Los libros recomendados de hoy ha sido El ojo y la sombra: una mirada al retrato en occidente, de Pedro Azara, y El elogio de la sombra, de Jun'ichiro Tanizaki.

Como ejercicio hemos realizado una serie de fotografías con los tres tipos de luz: natural, artificial continua y artificial discontinua.

                  

                   Luz natural                                            Luz continua                                           Luz discontinua


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